© Mandello. ABC
El pasado 21 de noviembre, en el homenaje a Ángel Campos Pámpano en su pueblo, San Vicente de Alcántara, entre las lecturas que se hicieron, una niña pequeña llamada Aitana leyó —muy bien— uno de los poemas de Rafael Alberti dedicados a su hija, Aitana Alberti León (Buenos Aires, 1940). Cuando terminó el acto, me acerqué a ella, con su madre —que también leyó un poema necesario de Gabriel Celaya—, y le dije que me había gustado lo que había leído, y que yo había conocido, no hacía mucho, a la destinataria de aquel poema, a Aitana Alberti, que había estado en Cáceres en noviembre de 2010, cuando vino a la presentación de la edición de la novela de su madre, María Teresa León, Contra viento y marea, que preparó Gregorio Torres Nebrera y que publicamos en la Universidad de Extremadura. Me he acordado de aquello cuando he leído la llamada de atención de Hilario Jiménez en su blog sobre lo que ha escrito hace unas semanas Carlos Carabaña a propósito de que Rafael Alberti no tiene quien lo estudie. También me he acordado de aquello que se escribió hace tiempo de la arboleda al olvido. Ay. En la fotografía publicada en ABC el año pasado, María Teresa León, Rafael Alberti y su hija Aitana, en La Gallarda, Punta del Este (Uruguay), hacia 1948. Por cierto, este sábado se cumple el vigésimo sexto aniversario de la muerte de María Teresa León.
2 comentarios:
Afortunadamente, en Uruguay, se ha escrito un libro titulado Rafael Alberti, María Teresa León y Aitana Alberti en Uruguay (Ed. Losada, Bs. As., 2014)y quien esto firma, que es su autora, se halla contenta de contribuir en los imprescindibles estudios albertianos. Alicia Cagnasso: B
Afortunadamente, en Uruguay, se ha escrito un libro titulado Rafael Alberti, María Teresa León y Aitana Alberti en Uruguay (Ed. Losada, Bs. As., 2014)y quien esto firma, que es su autora, se halla contenta de contribuir en los imprescindibles estudios albertianos. Alicia Cagnasso: B
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