Sólo dos tonos rompen la penumbra:
Destellar de algún oro y estidencia granate.
Al fondo luce la caverna mágica
Donde unas criaturas, ¿de qué naturaleza?, pasan
Melodiosas, manando de sus voces música
Que, con fuente escondida, lenta fluye
O, crespa luego, su caudal agita
Estremeciendo el aire fulvo de la cueva
Y con iris perlado riela en notas.
"Luis de Baviera escucha Lohengrin", de Desolación de la Quimera (1962)
Nota bene: suena la música de fondo que me habría gustado escuchar esta mañana leyendo los versos de este poema. Es fácil. Otro día.
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1 comentario:
Awesome!
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