miércoles, 3 de octubre de 2007

La perspectiva

Primer día de clase con Tercero. Literatura Española III (Siglos XIX y XX). Hemos hablado en clase —un poquito— de ello. De la escasa perspectiva que tenemos de una porción del siglo anterior—la más cercana, la del final del programa de la asignatura. Y desde luego, porque nuestra última lectura para este año es la antología preparada por José Enrique Martínez de la poesía española desde 1975 a 1995, la publicada en la colección Castalia Didáctica. Escasa perspectiva, y bienvenida sea. De los treinta y cuatro de la antología de José Enrique Martínez, han estado en Cáceres leyendo poemas: Miguel D’Ors, Eloy Sánchez Rosillo, Luis Alberto de Cuenca, Ana Rossetti, Abelardo Linares, Juan Manuel Bonet, Andrés Trapiello, Julio Llamazares, Juan Carlos Mestre, Luis García Montero, Álvaro Valverde, Felipe Benítez Reyes, Diego Doncel, Carlos Marzal (14 poetas). Además, en Badajoz, han estado Andrés Sánchez Robayna, Olvido García Valdés —que vendrá a Cáceres en febrero de 2008—, Vicente Gallego, Jon Juaristi (4 poetas).
No deja de ser un aliciente para empezar un curso que parte del 22 de marzo de 1835 —estreno del Don Álvaro o la fuerza del sino— y que podrá cerrarse con un trabajo sobre un poema reciente de Ada Salas, amiga de esta Facultad. Quién sabe.

3 comentarios:

UnaExcusa dijo...

Y digo yo... ¿Qué criterios se pueden seguir para elegir a autores contemporáneos -muy contemporáneos y vivos- a los que el tiempo no ha convertido en clásicos?

Lo de "la calidad" no me vale: me he tragado tales coñazos en aras de "la calidad"...

Miguel A. Lama dijo...

En mi caso, se trata más de un criterio histórico-literario, el de cubrir determinados campos o áreas, sobrevolando con una cierta superficialidad las obras. A veces, el criterio de calidad también puede manejarse. Será el que aplique si algún día programo en clase de Tercero una novela de Luis Landero o lo último que publique Juan Marsé. En el caso de la poesía, no deja de ser echar un vistazo a un panorama reciente con mucho de interés y también con mucha diversidad. Pero el criterio de calidad también puede manejarse, por qué no.

UnaExcusa dijo...

Sí, obviamente: la calidad debería primar. Lo que ocurre es que a veces se piensa que tiene calidad el último poemario del amigo de turno (o el último libro del profesor de turno: que esos sí me lo he tragado y a algunos le vendría pequeño el calificativo de "basura").

Por no hablar de que, en según qué lugares, se leen sólo tratados de ciertas obras o de ciertos periodos literarios, pero no esas obras nunca. Que a mí me parece un sinsentido.