martes, 16 de diciembre de 2025

Literatura y responsabilidad

Si evito el más manido título de «Literatura y compromiso» es para compartir la solidez del modo de abordar los conceptos que giran en torno a las relaciones entre política y estética que se tratan en los trabajos reunidos en este volumen coordinado por Bénédicte Vauthier, Adriana Abalo Gómez y Raquel Fernández Cobo: Modernidades político-estéticas hispanas e historia de los conceptos. Autonomía, engagement, responsabilidad (Madrid-Frankfut am Main, Iberoamericana-Vervuert, 2024). Las dos primeras, junto a Rebeca Rodríguez Hoz, firman la introducción que deja claro desde su título cuáles son los fundamentos metodológicos desde los que se afronta la «literatura problemática», en ese texto preliminar programático: «Arte problemático. Modernidades político-estéticas hispanas a la luz de la historia de los conceptos de Reinhart Koselleck». La importancia como referente epistemológico del teórico alemán (1923-2006) se ha querido patentizar con la fotografía de mayor tamaño de todas las que componen el mosaico de la cubierta, de arriba abajo, bordeando la de Koselleck: Josefina Ludmer, Benjamín Jarnés, Isaac Rosa, Max Aub, Carmen Martín Gaite, Jean-Paul Sartre, Guillermo de Torre, Ricardo Piglia, Francisco Ayala, Manuel Vázquez Montalbán y Julio Cortázar. El libro es el más reciente foro sobre la cuestión del compromiso en la literatura, partiendo de una propuesta de superación del término en favor de otros como autonomía o responsabilidad de la obra literaria. O engagement, del que se parte en las primeras páginas de la mencionada introducción para defender su comprensión teniendo en cuenta toda su red de conceptos (págs. 9-69). Este es el hilo que une la docena de trabajos que conforman esta obra en la que las diferentes perspectivas de las contribuciones sobre la problemática relación entre política y estética y la galería de autorxs estudiadxs —en consonancia con una idea de la expresión política o ideológica, las coordinadoras del volumen reiteran el uso de la «x»,«pero no de forma mecánica», como marca de lenguaje inclusivo— engrandecen el interés del conjunto y sus aportaciones. Cabría repartir las zonas de interés del libro entre España y América, en dos secciones no equilibradas, y significativamente relacionadas por la circunstancia del exilio republicano. El ensayo de Geneviève Champeau indaga en formas de inserción de la literatura en problemas ideológicos desde la narrativa realista y social de Arconada o López Salinas o los casos de Sender y de Francisco Ayala, hasta llegar a la literatura del siglo XXI con un autor como Isaac Rosa, y abre, con un planteamiento más conceptual, diferentes miradas hacia revistas y autores en los de Juan Herrero-Senés («Cuestionamiento del espacio del compromiso: una mirada a la España de los años treinta»), Sofía González Gómez («La revista Nueva España en 1930 y la configuración de un modelo de escritor comprometido»), Fernando Larraz («Crisis autorial y exilio. Max Aub, Francisco Ayala y la responsabilidad del escritor en los años cuarenta»), Domingo Ródenas de Moya («El compromiso de la responsabilidad en Guillermo de Torre») y Adriana Abalo Gómez («Cuando el compromiso venció a la responsabilidad. Un vis à vis entre Jean-Paul Sartre y Guillermo de Torre»). A partir de aquí, y salvo el caso del trabajo de Luca Scialò sobre la memoria como clave del compromiso literario en Vázquez Montalbán, las aportaciones se dirigen hacia autoras y autores iberoamericanxs: Óscar Collazos, colombiano, Mario Vargas Llosa, peruano, y Julio Cortázar, argentino, en el trabajo de Gustavo Guerrero sobre compromiso y autonomía literaria en la polémica entre esos tres autores entre 1969 y 1970, como una antesala del caso Padilla (pág. 198); los representantes del ensayo hispanoamericano del siglo XXI, un salvadoreño como Horacio Castellanos, un ecuatoriano como Leonardo Valencia, y un autor de México, Jorge Volpi, en las páginas de Félix Terreros; o algunos ejemplso de la literatura de Argentina que son tratados en los capítulos redactados por Annick Louis («El compromiso del objeto. Transformar la institución desde las prácticas en la posdictadura argentina (1984-1986)», Luciana Pérez («Historia de una sutil polémica: Juan José Saer, David Viñas y el escritor comprometido») y Raquel Fernández Cobo («Ricardo Piglia y su ejército invisible: tres maniobras para construir una literatura argentina revolucionaria»). Muy bien concebido y muy abarcador, creo que este libro clarifica los interrogantes que se plantean sus coordinadoras en torno a una problemática —responsabilidad frente a gratuidad—que afecta a gran parte de la literatura de los siglos XX y XXI.

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