miércoles, 13 de diciembre de 2023

La poesía de Moratín

Una de las lecturas profesionales más provechosas que he hecho desde este pasado mes de junio ha sido la de esta edición: Leandro Fernández de Moratín Poesías. Edición de Jesús Pérez-Magallón. Madrid, Ediciones Cátedra (Letras Hispánicas, 883), 2023. Significa mucho para mí porque es una aportación de calado al estado de los estudios de un período y un género, de un autor y una estética que ocupan buena parte de mis intereses docentes y de investigación; y supera lo que se espera de una edición de la poesía casi completa de un escritor como Moratín el Joven. Conocía la gran edición, también de Jesús Pérez Magallón, de las Poesías completas (Poesías sueltas y otros poemas) (Barcelona, Sirmio. Quaderns Crema, 1995) y lo relativo a su lírica en los dos imponentes volúmenes de Los Moratines (Ediciones Cátedra. Col. Avrea, 2008), y también en el capítulo correspondiente de su libro Soñando caminos: Moratín y la nación imaginada (Madrid, Calambur Editorial, 2019); pero esos precedentes no quitan valor ni oportunidad a esta importante nueva edición. Después de los trabajos brillantes de René Andioc, ha sido Pérez Magallón quien más y mejor ha estudiado la vida y las obras de Leandro Fernández de Moratín, y coincide la aparición de esta edición con la culminación brillante de su trayectoria académica en la Universidad de McGill (Montreal), en donde fue director de la prestigiosa Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Moratín fue editor de sí mismo en su verso lírico con la edición de las Obras dramáticas y líricas de 1825, en cuyo tomo tercero incluyó lo que llamó «Poesías sueltas», setenta y siete poemas que representan en su ordenación su biografía literaria, que parte de su nacimiento como poeta (soneto «A D. Juan Bautista Conti») hasta llegar a su muerte simbólica con la excelsa elegía «A las musas». Con buen criterio, Jesús Pérez Magallón mantiene esa «coherencia y lógica internas» (pág. 120) de lo dado en 1825 en vida del autor en su exilio francés, mal de salud, y tres años mal contados antes de su muerte; a lo que añade «... Y otros poemas», treinta y tres textos, publicados e inéditos, descartados por el poeta para conformar sus «sueltas», y alguno como mero boceto que se publica por primera vez de lo que sería «A las musas», que, insisto, es uno de los poemas más extraordinarios salidos de la pluma de Moratín hijo. La prolijidad de esta edición puede abrumar al lector solo interesado en conocer los poemas de don Leandro, en una lectura por puro curioseo; pero es lo que la convierte en un estudio tan acabado sobre los caracteres de la lírica dieciochesca del último tercio del siglo y de las dos primeras décadas del XIX, y en un acervo de referencias literarias, históricas y culturales para contextualizar la obra del autor, una obra de mucho provecho para el estudioso. Entre sus rasgos, las cifras de 1698 notas que ocupan ciento cincuenta páginas del final del volumen y 200 páginas de introducción crítica incluyendo la extensa bibliografía citada. Esta introducción se divide en cuatro grandes secciones: «Vivir, tal vez soñar, morir» es el recuento biográfico. «Clasicismo contra nuevo culteranismo: acalófilos y galo-salmantinos» es un interesantísimo acercamiento a la polémica entre moratinistas y los llamados quintanistas. «Una manera clásica de entender la poesía» es un análisis de la poética moratiniana. Y «Variaciones sobre el tema clasicista: un modelo neoclásico» es la caracterización por temas de la lírica de Moratín. La solvencia de este editor tiene muchas muestras de comprobación; y citaré solo cómo Pérez Magallón nunca dio crédito —por no descansar «sobre bases sólidas, sino más bien sobre impresiones poco fiables» (pág. 194)— a la atribución a Moratín de las Fábulas futrosóficas, que, obviamente, no se recogen y a las que dedica una iluminadora nota al pie (3) —solo hay tres en toda la introducción— para confirmar lo que más recientemente ha demostrado Philip Deacon —a pesar del exquisito celo de la interrogación del título— en su artículo «Las Fábulas futrosóficas de 1821, ¿son de Bartolomé José Gallardo?» (Dieciocho, 46.1, primavera de 2023). Ediciones como la de estas Poesías son un modo excelente de restauración de la maltrecha opinión que sobre la poesía del siglo XVIII tienen los que no se han detenido en ella, o lo han hecho prejuiciosos por la repetición de los mismos lugares comunes y la presentación de textos de esa manera poco cuidada que se impugna con lo que nos regala Jesús Pérez Magallón en Letras Hispánicas.

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