Si evito el más manido título de «Literatura y compromiso» es para compartir la solidez del modo de abordar los conceptos que giran en torno a las relaciones entre política y estética que se tratan en los trabajos reunidos en este volumen coordinado por Bénédicte Vauthier, Adriana Abalo Gómez y Raquel Fernández Cobo: Modernidades político-estéticas hispanas e historia de los conceptos. Autonomía, engagement, responsabilidad (Madrid-Frankfut am Main, Iberoamericana-Vervuert, 2024). Las dos primeras, junto a Rebeca Rodríguez Hoz, firman la introducción que deja claro desde su título cuáles son los fundamentos metodológicos desde los que se afronta la «literatura problemática», en ese texto preliminar programático: «Arte problemático. Modernidades político-estéticas hispanas a la luz de la historia de los conceptos de Reinhart Koselleck». La importancia como referente epistemológico del teórico alemán (1923-2006) se ha querido patentizar con la fotografía de mayor tamaño de todas las que componen el mosaico de la cubierta, de arriba abajo, bordeando la de Koselleck: Josefina Ludmer, Benjamín Jarnés, Isaac Rosa, Max Aub, Carmen Martín Gaite, Jean-Paul Sartre, Guillermo de Torre, Ricardo Piglia, Francisco Ayala, Manuel Vázquez Montalbán y Julio Cortázar. El libro es el más reciente foro sobre la cuestión del compromiso en la literatura, partiendo de una propuesta de superación del término en favor de otros como autonomía o responsabilidad de la obra literaria. O engagement, del que se parte en las primeras páginas de la mencionada introducción para defender su comprensión teniendo en cuenta toda su red de conceptos (págs. 9-69). Este es el hilo que une la docena de trabajos que conforman esta obra en la que las diferentes perspectivas de las contribuciones sobre la problemática relación entre política y estética y la galería de autorxs estudiadxs —en consonancia con una idea de la expresión política o ideológica, las coordinadoras del volumen reiteran el uso de la «x»,«pero no de forma mecánica», como marca de lenguaje inclusivo— engrandecen el interés del conjunto y sus aportaciones. Cabría repartir las zonas de interés del libro entre España y América, en dos secciones no equilibradas, y significativamente relacionadas por la circunstancia del exilio republicano. El ensayo de Geneviève Champeau indaga en formas de inserción de la literatura en problemas ideológicos desde la narrativa realista y social de Arconada o López Salinas o los casos de Sender y de Francisco Ayala, hasta llegar a la literatura del siglo XXI con un autor como Isaac Rosa, y abre, con un planteamiento más conceptual, diferentes miradas hacia revistas y autores en los de Juan Herrero-Senés («Cuestionamiento del espacio del compromiso: una mirada a la España de los años treinta»), Sofía González Gómez («La revista Nueva España en 1930 y la configuración de un modelo de escritor comprometido»), Fernando Larraz («Crisis autorial y exilio. Max Aub, Francisco Ayala y la responsabilidad del escritor en los años cuarenta»), Domingo Ródenas de Moya («El compromiso de la responsabilidad en Guillermo de Torre») y Adriana Abalo Gómez («Cuando el compromiso venció a la responsabilidad. Un vis à vis entre Jean-Paul Sartre y Guillermo de Torre»). A partir de aquí, y salvo el caso del trabajo de Luca Scialò sobre la memoria como clave del compromiso literario en Vázquez Montalbán, las aportaciones se dirigen hacia autoras y autores iberoamericanxs: Óscar Collazos, colombiano, Mario Vargas Llosa, peruano, y Julio Cortázar, argentino, en el trabajo de Gustavo Guerrero sobre compromiso y autonomía literaria en la polémica entre esos tres autores entre 1969 y 1970, como una antesala del caso Padilla (pág. 198); los representantes del ensayo hispanoamericano del siglo XXI, un salvadoreño como Horacio Castellanos, un ecuatoriano como Leonardo Valencia, y un autor de México, Jorge Volpi, en las páginas de Félix Terreros; o algunos ejemplso de la literatura de Argentina que son tratados en los capítulos redactados por Annick Louis («El compromiso del objeto. Transformar la institución desde las prácticas en la posdictadura argentina (1984-1986)», Luciana Pérez («Historia de una sutil polémica: Juan José Saer, David Viñas y el escritor comprometido») y Raquel Fernández Cobo («Ricardo Piglia y su ejército invisible: tres maniobras para construir una literatura argentina revolucionaria»). Muy bien concebido y muy abarcador, creo que este libro clarifica los interrogantes que se plantean sus coordinadoras en torno a una problemática —responsabilidad frente a gratuidad—que afecta a gran parte de la literatura de los siglos XX y XXI.
martes, 16 de diciembre de 2025
martes, 18 de noviembre de 2025
Bibliografía de Bartolomé José Gallardo
Me cupo el honor, hace ya algo más de treinta años, de presentar la edición facsimilar que publicó la Unión de Bibliófilos Extremeños (UBEx) del imponente libro de Antonio Rodríguez-Moñino Don Bartolomé José Gallardo (1776-1852). Estudio bibliográfico, cuya primera edición databa de 1955. Fue en Badajoz, en las primeras Jornadas Bibliográficas que la UBEx comenzó a organizar bajo el nombre del insigne polígrafo de Campanario, y que, con ese título, publicado en 1994, afirmaba su función de rescatar en facsímil buena parte del más representativo patrimonio bibliográfico de Extremadura —aquel año también saldría el Ábito y Armadura Espiritual de Diego de Cabranes (1544), y el anterior, 1993, se había publicado el primer libro impreso aquí, en Coria en 1489, el Blasón General y Nobleza del Universo, de Pedro de Gracia Dei. Aquellas publicaciones de los primeros pasos de la UBEx fueron muy oportunas, y, además, identitarias, si vale así destacar su conformidad con los principios fundacionales de tan singular asociación que recogía en el artículo II de sus Estatutos la «valoración, exhibición, publicación y reedición facsimilar de otras antiguas, raras y agotadas que sea conveniente difundir por su especial contribución a los valores de tipo cultural de Extremadura». Pero no siempre pudo mantenerse un nivel tan alto en cantidad y calidad, y la UBEx pasó por un período intrincado en el que las dificultades económicas estuvieron a punto de dar al traste con la asociación, que logró mantenerse y conocer una etapa, la actual, en la que a su mando sigue Matilde Muro Castillo, y en la que se han publicado las que a mi parecer han sido unas ediciones que han devuelto a la UBEx a sus afanes de aquel comienzo ilusionado de los años noventa del pasado siglo. Estas dos publicaciones señeras han sido el tomo V del Ensayo de una biblioteca de libros raros y curiosos de Bartolomé José Gallardo (en edición de Ana Martínez Pereira. Badajoz, UBEx, Ayuntamiento de Campanario y Diputación Provincial de Badajoz, 2022) y la novedad más reciente, que se presentará dentro de dos días en Badajoz: Bartolomé José Gallardo: Bibliografía, de Alejandro Pérez Vidal (Unión de Bibliófilos Extremeños, 2025). Es, setenta años después de la publicación de aquel libro de don Antonio Rodríguez-Moñino que fue un hito en los trabajos vindicadores del gran bibliógrafo Gallardo, el más importante y actualizado estudio bibliográfico sobre el extremeño. Además, en el libro de Pérez Vidal hay transcripciones de dos poemas y un texto en prosa y de cinco manuscritos inéditos. El apéndice (págs. 235-371) tiene nada más y nada menos que ciento treinta y seis páginas. Es un trabajo monumental y riguroso, hecho por un excelente conocedor del período que va desde el último tercio del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX. Alejandro Pérez Vidal (Barcelona, 1953), que fue profesor de Literatura Española en la Universidad de Gerona y después traductor del Consejo de la Unión Europea en Bruselas, hizo su tesis doctoral sobre la obra satírica de Bartolomé José Gallardo, de la que derivó su libro Bartolomé José Gallardo. Sátira, pensamiento y política (Editora Regional de Extremadura, 1999). En ese sello de la Editora Regional apareció su «cuaderno popular», de carácter más divulgativo, Bartolomé José Gallardo. Perfil literario y biográfico (2001). Como uno de los más eminentes especialistas en la obra del de Campanario, colaboró con su trabajo «Materiales para los estudios gallardianos: epistolario y cabos sueltos» en el volumen La razón polémica. Estudios sobre Bartolomé José Gallardo, coordinado por Beatriz Sánchez Hita y Daniel Muñoz Sempere, que publicó la Fundación Municipal de Cultura de Cádiz en 2004; y fue el responsable de la redacción de la biografía de Gallardo en el Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, de 2009. Ha estudiado igualmente la obra de Mariano José de Larra, que editó en Fígaro. Colección de artículos dramáticos, literarios, políticos y de costumbres, en la colección Biblioteca Clásica de Editorial Crítica en 1997, actualizada en la misma colección en la Real Academia Española en 2016. Su magnífica obra Bartolomé José Gallardo: Bibliografía (UBEx, 2025) se presentará este jueves 20 de noviembre, a las 19:30 horas, en la sede de la Unión de Bibliófilos Extremeños en Badajoz (C/ Encarnación, 3).
miércoles, 29 de octubre de 2025
Haroldo Conti
Hace pocos días en una librería de Madrid me hice por siete euros con la segunda edición —quizá mera reimpresión, al mes de la primera— de En vida, la novela de Haroldo Conti que ganó el Premio Barral de 1971. Se me presentaron a la vista del ejemplar la circunstancia de que se ha cumplido este año el centenario del nacimiento de este escritor argentino y el hecho de que sigue siendo uno de los desaparecidos de la dictatura militar. También que este título no estaba entre los que busqué a finales de los ochenta en la biblioteca de la Facultad, y que sigue sin estar (tampoco en el fondo de Zamora Vicente, tan nutrido de literatura iberoamericana). Anoto, sin más, este recuerdo a Conti. Y, por cierto, el número de este mes de la Revista de Occidente (núm. 533, octubre 2025) publica el texto del discurso —«Escritura y exilio»— de Sergio Ramírez en el acto de graduación del Instituto Universitario Ortega-Marañón en Madrid el 6 de junio de 2024, en el que el escritor nicaragüense se incluye tristemente en la «larga tradición de quienes pagan un precio por sus palabras», y evoca nombres que habían padecido muerte, desaparición, cárcel o destierro, entre los que estaban «Haroldo Conti, secuestrado y desaparecido a manos de la dictadura del general Videla en Argentina en 1976; y Rodolfo Walsh, asesinado en Buenos Aires en 1977 por la misma dictadura» (pág. 247). Allí existe un Centro Cultural de Memoria que lleva el nombre de Haroldo Conti, que es un espacio de difusión y promoción de la cultura, la educación y los derechos humanos, ubicado en el edificio de la antigua y siniestra Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En su página web se puede leer el legajo núm. 77 de la desaparición del escritor: «El día 4 de mayo de 1976 fue aprehendido cuando retornaba a su domicilio de Capital Federal a medianoche, junto a su compañera Marta Beatriz Scavac Bonavetti y el bebé de ambos. Allí tenía que aguardarlos un amigo. Al arribar a la vivienda, el amigo se encontraba ya maniatado, había un grupo de individuos vestidos de civil, quienes golpearon brutalmente a la pareja y la encerraron allí mismo, mientras se peleaban por el reparto del «botín»: los sueldos de ambos, percibidos esa mañana, efectos patrimoniales de toda naturaleza, etc., dejando escasamente los muebles de gran tamaño. Robaron los originales de todas las obras de Conti, y documentación personal». Estaba a punto de cumplir cincuenta y un años.
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jueves, 9 de octubre de 2025
'Dieciocho' y David T. Gies
Han sido varias las entradas que he dedicado en este blog a la revista Dieciocho, todas durante la etapa en la que la dirigió mi querido y admirado colega David T. Gies, a quien recordé cuando se jubiló en 2018 de las clases como catedrático de Español en la Universidad de Virginia, de cuyo departamento de Español, Italiano y Portugués fue director durante trece años. De su trayectoria como profesor, gestor —también fue, entre 2013 y 2016, presidente de la Asociación Internacional de Hispanistas— y estudioso —sobre todo, de la literatura de los siglos XVIII y XIX, con trabajos sobre autores como Nicolás Fernández de Moratín, géneros como la comedia de magia, textos clásicos como Don Juan Tenorio o panoramas históricos del teatro español decimonónico— hay mucha y cordial información en la página web en su homenaje que sus amigos y compañeros le ofrecieron; entre la que se incluyó una deliciosa conversación de David con su maestro Javier Herrero (1926-2023), que da idea de cómo se gestó uno de los departamentos americanos de estudios hispánicos más punteros. El viernes 3 de este mes me llegó el aviso de publicación de un nuevo número de Dieciocho, el 48.2, correspondiente al otoño de este año, que tiene la extraordinaria particularidad de que es el último en el que figurará como director David T. Gies, que se despide en las páginas introductorias del volumen («Importantes cambios: carta del director»), después de treinta dos años —desde 1993—. A partir de ahora, desde el primer número del próximo año, 49.1, la revista será codirigida por las profesoras Catherine M. Jaffe (Texas State University) y Elizabeth Franklin Lewis (Mary Washington University). Esta última colabora en esta entrega con un artículo sobre «Genre and Gender» en las odas de María Rosa de Gálvez, cuyo teatro, recientemente editado por Fernando Doménech en Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra, tengo pendiente comentar aquí. Además, y como siempre, el volumen contiene otros trabajos de especial interés, como el de Noelia López-Souto sobre «Las bibliotecas de José Nicolás de Azara» o el de Mónica Botta sobre la primera normativa teatral en Buenos Aires en 1783, una fecha tardía con respecto al establecimiento de locales para teatro en otras ciudades de América. O la sección, ideada en su día por David T. Gies, de «Cajón de sastre bibliográfico», con información sobre novedades editoriales en el campo del dieciochismo. La mano de quien ahora se despide como director se notó desde el principio —yo era suscriptor unos años antes de que asumiese la dirección David, cuando la llevaba la profesora Eva M. Kahiluoto—, tanto en los contenidos de la revista, como en su difusión y repercusión científica en su ámbito; y también en las facilidades que para los suscriptores españoles supuso poder abonar el importe de la suscripción en una cuenta española, y así evitar un sobrecoste de casi el importe de la suscripción por la suma de la comisión por cambio de moneda y de los gastos de envío. Los lectores de Dieciocho debemos agradecer tanto trabajo al profesor David T. Gies y desear lo mejor al nuevo equipo que toma las riendas de una de las publicaciones más reconocidas entre las que se dedican al estudio de la literatura setecentista.
lunes, 12 de mayo de 2025
Poesía y luna
La nueva edición —y van diez aquí— del Festival Plena Moon en Cáceres con la participación —después de un expresivo estreno el año pasado— de estudiantes de Filología de la Facultad de Filosofía y Letras. En la esquina de San Pablo, en la Plaza de San Mateo, esta noche a las 21:00 horas, leerán sus poemas y también poesía de otros autores Fran López-Arza García-Mora, Daniel Macías Rodríguez, Elena Rubiales Galea, Julia González Sánchez, Esther Almoharín Sarró, Hugo García Pita y Miguel Rodríguez Oliver.
sábado, 26 de abril de 2025
Memorias de España 1937
Me complace difundir aquí la publicación de una nueva edición de las fascinantes Memorias de España 1937 de Elena Garro (Valencia, Bamba editorial, 2025), cuyos escritos siguen suscitando justificado interés en nuestro país. Me alegro de que el subtítulo principal de aquel trabajo de mi querida alumna Adriana Sánchez Vaquero, La presencia de Elena Garro en España, tenga su proyección y que el deseo explícito allí de que su obra fuese cada vez más conocida se cumpla con iniciativas como esta última en esta editorial que publicó tan solo hace un año su novela Testimonios sobre Mariana (Valencia, Bamba editorial, 2024), con prólogo de su incansable estudiosa y biógrafa Patricia Rosas Lopátegui, autora también de una introducción tras el prólogo de Ximena Garro —sobrina nieta de la autora— en esta edición de Memorias de España 1937. En 2018 la editorial extremeña La Moderna publicó su poesía desconocida, Cristales de tiempo, y hace muy poco, la colección Letras Hispánicas de Ediciones Cátedra su novela más celebrada, Los recuerdos del porvenir, sobre la que tratamos en clase en las dos últimas semanas antes del parón de la Semana Santa. Hoy, precisamente, trae el suplemento Babelia, de El País, un informe de Andrea Aguilar sobre el rescate de grandes escritoras latinoamericanas, en el que se citan las Memorias de Garro —también obras de autoras como Albalucía Ángel, María Luisa Bombal, Marta Lynch, Alejandra Pizarnik, Rosario Castellanos, Marvel Moreno, Sara Gallardo, Armonía Somers y Amparo Dávila— y otra de sus novedades en España, la novela —de 1995, hasta ahora inédita aquí— Inés (Getafe. Madrid, Editorial Espinas, 2025). Memorias de España 1937 es la reconstrucción de lo vivido a partir de algunas apuntaciones antiguas; pero, sobre todo, como un ejercicio de recordación muy posterior a los hechos, pues es en los años setenta, durante uno de los exilios de Elena Garro —el español, entre 1974 y 1981— cuando publicó en varios medios como Informaciones, Nueva Estafeta o Cuadernos hispanoamericanos, algunos trozos en 1978 y 1979. Posteriormente, se publicaría como libro en la edición de Siglo XXI Editores de México de octubre de 1992. Lo vivido recompuesto mucho después fue el viaje a España que emprendió la jovencísima Garro, recién casada con Octavio Paz, junto a otros intelectuales mexicanos, para asistir al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas para la Defensa de la Cultura. No puedo evitar acordarme del preciso endecasílabo «Madrid, 1937», del extraordinario poema de Paz Piedra de sol (1957), como un vestigio lírico para el que el texto de Elena Garro es un testimonio rotundo con nulas concesiones al simbolismo sobre la misma circunstancia. El sabroso relato de la mexicana, sin pretensiones de objetividad, mordaz y crítico, está dividido en XVIII secuencias que reconstruyen todo el viaje desde la partida en barco de Nueva York a Europa, el viaje en tren desde París hasta Barcelona y luego Valencia, y las sucesivas estancias en Madrid (IV y XI-XII), en el frente de Pozoblanco (VIII), en Valencia (XIII) y la vuelta por París (XV) y la travesía por mar desde Cherburgo hasta Veracruz, tras parar en La Habana en donde visitaron a Juan Ramón Jiménez. La distancia temporal desde la que narra la escritora ya experimentada —y maltratada— puede condicionar la percepción de los enfrentamientos ideológicos y doctrinarios de algunos de los personajes notables que conoció, o la de su propio matrimonio —«siempre tuve la impresión de estar en un internado de reglas estrictas y regaños cotidianos, que, entre paréntesis, no me sirvieron de nada, ya que seguí siendo la misma» (pág. 179)—; sin embargo, el relato es fresco, sabroso, irónico, con notas de humor a veces, a pesar de lo descarnado de todo, y es un gusto leerlo. Especialmente, cuando se fija en algunas figuras de especial aprecio, como Luis Cernuda («Era como si Cernuda viviera separado del mundo por una cortina invisible», pág. 57), Miguel Hernández («También ahora los envidiosos podían decir que Miguel andaba disfrazado de pobre, aunque lo vieran temblar de frío», pág. 160) o César Vallejo («Nunca entendí la manía que le tenía Pablo Neruda ni la persecución que ejercía contra él […] me fascinaba el rostro grave de Vallejo, como si estuviera devorado por un terrible sufrimiento […] Aquel hombre era un hombre aparte, era un poeta. Creo que la poesía va unida a la profundidad de la bondad. Todavía veo su suéter de lana cruda y sus ojos trágicos», págs. 166-167). Hay que agradecer propuestas editoriales como estas —Testimonios sobre Mariana también— de Bamba editorial, que son rescates deleitosos y necesarios.
domingo, 6 de abril de 2025
Recuerdo de Carlos Ortega
Hace unas semanas cayeron en mis manos en pocos días unos documentos de diferente carácter sobre un mismo tiempo. Por un lado, unos folios mecanoscritos en letras mayúsculas, sin puntuación ni tildes, con el relato desaseado de algunas anécdotas y circunstancias de los primeros años de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres, fundada como tal en 1973, tras su etapa como Colegio Universitario. También tuve la oportunidad de consultar, antes de que pasasen a la custodia del archivo histórico de la UEX y gracias a la sensibilidad de quien azarosamente los salvó de la destrucción, los libros de actas de las juntas de aquel centro que sigue siendo hoy la casa en la que trabajo. En ambos vestigios hay un nombre que se repite, el de Ricardo Senabre, que de nuevo aparece en el libro que ahora me ocupa y que evoca también aquel tiempo. Se presentó en Cáceres, en lo que fue la librería-café Psicopompo, el sábado 15 de junio de 2024, y si he retrasado publicar aquí esta nota ha sido por acercarla a la pretensión de repetir en la Facultad de Filosofía y Letras un acto de presentación de este Poesía y textos, de Carlos Ortega (1954-2020), cuya edición ha corrido a cargo de Pedro Barco y Santiago Lindo, ambos compañeros de estudios de Filología en la primera y la segunda promociones, respectivamente, del entonces Colegio Universitario de Filosofía y Letras en 1971, germen de la creación de la Universidad de Extremadura dos años después. Se comprenderá la pretensión de organizar en la Facultad —aunque ya no esté ubicada en aquel «Edificio Valhondo» que acogió los primeros estudios universitarios de la ciudad— un acto que sirva como recuerdo y homenaje de sus amigos a aquel joven estudiante de Filología que fue Carlos Ortega. Quizá esta vuelta a la semilla pueda significar algo también para quienes, más de cincuenta años después, siguen manteniendo la llama encendida de los estudios filológicos en Cáceres, que podrán ver a los que quisieron formarse en lo mismo. Cuenta Pedro Barco, que firma el «Prólogo» del volumen, que fue la lectura compartida de los textos breves de Jardiel Poncela en Para leer mientras sube el ascensor (1948) la que los «predispuso favorablemente a la amistad» (pág. 6), y que luego serían Borges o Lewis Carroll otros autores frecuentados. El título elegido de Poesía y textos no es muy preciso para designar lo que recogen las poco más de ciento setenta páginas del libro, pues si la primera sección de «Poemas» incluye versos escritos entre 1973 y 2005, la segunda parte de «Textos» está compuesta por textos en prosa, pero también por numerosos poemas manuscritos —reproducidos facsimilarmente— provenientes de varios cuadernos y libretas que la familia de Carlos puso en manos de sus amigos para publicarlos. El conjunto se cierra con dos partes más: unas «Traducciones» — de Maquiavelo y de Raul Pompeia— y media docena de «Fotografías» de diferentes etapas de su vida. Habría tenido su gracia elaborar una edición más filológica a través de la que se pudiese reconstruir —o sugerir— parte de la cronología y la evolución de los escritos de Carlos Ortega, sin llegar al no pretendido —se dice en el prólogo— «estudio filológico» (pág. 7). Entre otras cosas, porque esta muestra de una temprana vocación literaria tiene mucho interés por sus sugerentes ecos de lecturas, su voluntad rupturista, su humor, su contestación y crítica..., como para presentarla con algunos referentes y detalles más, y que bien conocen Santiago Lindo y Pedro Barco, participantes en aquel contexto del que surgió también la única obra que yo conocía de Carlos Ortega antes de la recuperación de estas Poesías y Textos, la novela mecanoscrita que firmó con Felipe Núñez Nada por aquí, nada por allá, de la que di cuenta aquí hace unos años. Porque así tiene que ser, el libro de Carlos Ortega se presentará en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres a las 12:00 horas del miércoles 9 de abril de 2025. Intervendrán en el acto Pedro Barco y Santiago Lindo como editores, y otros amigos como Jesús Alonso, Juanjo Cortés y Abelardo Martín interpretarán algunas canciones a la guitarra.
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