viernes, 28 de julio de 2023

Otro curso


André Kertész © París, 1926

Hubo elecciones a Rector y un Campeonato Mundial de Fútbol en invierno más disputado que la consulta universitaria. Alguien soñó que un chico se quedó encerrado en los servicios de la entreplanta en una de las jornadas de puertas abiertas. Lo de un regalo de diciembre: María de la O Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra, Cartas a las mujeres de España. Edición de Juan Aguilera Sastre e Isabel Lizarraga Vizcarra. Sevilla, Renacimiento, 2022. En la fotografía junto a la portada, Gregorio mira atento y ajeno cómo escribe María de la O. Lo de felicitar las fiestas y que la respuesta fuese automática: «Según el calendario académico aprobado en Consejo de Gobierno de la UEX el 16 de mayo de 2022, el período de vacaciones de la actividad docente es desde el 22 de diciembre de 2022 hasta el 9 de enero de 2023, ambos inclusive». Igualmente. Solicitud de evaluación, enlace habilitado, hoja índice, evidencias, autoinforme, hoja de servicios. Otra vez lo de la «capacidad de aplicar los conocimientos teóricos a la valoración crítica y apreciación de los textos» entre las competencias básicas, y otra vez procurar hacer todo, no solo correctamente, sino evitando ser prosaico. La prensa dijo que los quioscos de prensa cayeron un cuarenta por ciento. A primera hora de la mañana de un viernes de febrero, el viento cerró la puerta del aula 7 y así quedó hasta el final del curso después de más de dos años de par en par. El mismo día de febrero dos columnistas del periódico escribían sobre el terremoto de Siria y Turquía y coincidían en aludir al de Lisboa y al Cándido de Voltaire. Todo está bien. Hubo alguna baja temporal por covid, y partes médicos por alergias y traumatología. Una emoción especial sintió el profesor ante dos jóvenes nacidas en el siglo XXI que hablaban con responsabilidad histórica de unos autores antiguos. Una poeta —Mª Ángeles Pérez López— habló en clase de otra —Delmira Agustini— y citó a Nietzsche y aquello del filólogo como el que lee con lentitud, y que acaba escribiendo también con lentitud. Un hito: El Partido Comunista de España en Extremadura durante el Frente Popular: República y Guerra (1936-1939), la tesis de Pepe Hinojosa, sobrepasó tanto el aforo del salón de actos de la Facultad que muchos se quedaron fuera. Ahí estuvo esa ley que trajo la primavera y lo suyo a todos los que vieren y entendieren. Alguien recordó que quedaban veintiocho horas de clase hasta mediado mayo. Cuatro alumnas extranjeras de países diferentes del programa Erasmus leyeron con solvencia poemas de César Vallejo. Hubo un recuento del patrimonio bibliográfico para celebrar un cincuentenario con poca imagen, si acaso un logotipo que se usa poco. Lo del comentario de la Elegía Moral de Meléndez a Jovellanos «y cuanto monstruo en su delirio infausto / la azorada razón abortar puede», y Goya y su capricho 43. El profesor aludió en clase de Hispanoamericana a lo de G. Boixo de que toda actividad de crítica literaria es redundante por naturaleza, pues ya el propio texto que toma como punto de partida contiene todo lo que el crítico presuntamente descubre; y el profesor dijo compartirlo. También hubo que firmar unas facturas. Otra tesis: de un antiguo alumno, David Amado Cano, Julio Cortázar: Historias de cronopios y de famas (1962) y Todos los fuegos el fuego (1966). En esta sí había sitio: en el tribunal. Cada curso hay más rotondas para llegar al campus; también más semáforos. La cabeza diaria en el transporte público y el corazón en el privado: Radio 3 y la prensa del día. Hubo un congreso de estudios clásicos y dos ferias educativas. Pensando en las musarañas por el pasillo: (¿Fue el Marqués de Morante el propietario de la mayor biblioteca privada jamás reunida por un español? ¿Ciento veinte mil volúmenes?). Y hubo defensas muy sentidas de trabajos de fin de estudios. Sentado en una terraza de esta plaza alguien dicta el primer borrador de varios de una cuenta larga que sirva de final de un año académico. Otro.